Un
grupo de indígenas desalojados
de una propiedad privada viven
en la miseria, frente al Instituto
Paraguayo del Indígena
(Indi), en la vereda. Los nativos
duermen y cocinan en el piso.
Los menores, en cambio, pasan
el día arrastrados y
desnudos por el suelo. El Indi
dijo que los nativos no debieron
abandonar las tierras que ocupaban
porque les amparaban una orden
judicial.
Las
veredas de la calle Don Boscos
están abarrotadas de
indígenas. En el sitio
se respira un olor nauseabundo
porque hasta sus necesidades
hacen en la vía pública.
Son
unas 127 personas, en su mayoría
niños, las que viven
en la calle frente al Indi.
Provienen de una propiedad ubicada
en Caaguazú, perteneciente
a Pedro Guggiari, de donde fueron
desalojados.
El
líder Alberto Delgado
relató que sus ranchos
fueron quemados y no tuvieron
otra alternativa que abandonar
el lugar. “Estamos aquí
para que el Estado nos garantice
una propiedad donde vivir”,
indicó.
Los
nativos mbya están en
una situación infrahumana.
Duermen y cocinan en el suelo.
Los niños están
sucios, pasan el día
arrastrándose por el
suelo, mientras sus madres cuidan
de los lactantes o cocinan lo
poco que recolectan en el día.
Delgado
explicó que los niños
están desnutridos y con
parásitos. “´Tuvimos
que traerles para que nos atiendan,
de lo contrario, nadie nos hace
caso”, apuntó.
Algunos
aborígenes tendieron
carpas y allí pasan el
día. Adelantaron que
a partir de hoy acamparán
frente al Congreso, porque es
la Institución que debe
colaborar para asegurar la tierra.
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La
propiedad que reclaman los nativos
tiene una superficie de 500
hectáreas. Su dueño
no quiere vender, mientras que
los nativos no quieren salir
del lugar.
La
Constitución dice en
su Capítulo V que el
Estado debe proveer a los indígenas
tierra gratuita por ser estos
anteriores a la formación
del Estado. Este mandato se
cumplirá solo si el Parlamento
facilita rubros al Indi.
Los
niños desnudos se arrastran
en la vereda. Las mujeres cocinan
en el suelo. Así pasan
el día. Fueron expulsados
de una propiedad y ahora reclaman
otro sitio donde vivir.
El actual presupuesto del ente
indigenista es de 7.000 millones
de guaraníes. De esta
suma solo 2.000 millones se
pueden utilizar para compra
de tierra. Sin embargo, los
pedidos sobrepasan la disponibilidad
de fondos. El presidente del
Indi, Augusto Fogel, criticó
la actitud de los mayores por
traer a los niños. “La
comunidad Yoyvy, de donde son
originarios los aborígenes,
tiene una medida cautelar judicial
y no debieron abandonarla”,
resaltó. El funcionario
indicó que ante la negativa
del propietario en negociar
sus tierras, la única
alternativa que queda es la
expropiación. En ese
sentido, informó que
los trámites están
en el Indert y luego se debe
recurrir al Parlamento. Agregó
que esos trámites tienen
su tiempo y si tardan no es
por negligencia. Fogel lamentó
la injusta manipulación
de los menores, cuando que solo
líderes deberían
venir para continuar las gestiones.
Finalmente, indicó que
el ente seguirá con las
gestiones y quedará a
cargo del Parlamento la posible
expropiación. En nuestro
país viven 90.000 nativos,
divididos en 17 etnias.
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